Reflexión sobre la aportación de alimentos mesoamericanos a la dieta novohispana.
De ser sobrio, el español Ha tenido siempre fama; Pero el indio mexicano Le da en esto tres y raya.
No vive para comer Como sucede a otras razas; Él come para vivir, y con muy poco le basta.
Toma una blanda tortilla De maÃz, muy tostada, y para formar un plato a la siniestra la adapta.
Echa en ella los frijoles, El chile y menestras varias, Y de cuchara le sirve Otra tortilla doblada.
Con sendos tragos de pulque Su comida va rociada, Porque el ardoroso chile Asà lo exige y demanda.
Y al final de su banquete, para que no quede nada, siempre acaba por comerse el plato con tó y cuchara.
José Sánchez Samoano, Modismos locuciones y términos mexicanos, 1892.
El paraÃso vegetal, herbolario y animal que encontraron los españoles al llegar a América deslumbró su visión europea. Mesoamérica y Aridoamérica le pusieron en bandeja de plata más de 31 alimentos que complementaron su dieta: mamey, tejocote, nopal, mango, pitahaya, nanche amarillo, chirimoya, huitlacoche, jÃcama, chilacayote, zapote negro,chicozapote, jinicuil, cacao, tuna, entre otros más; sin olvidar los básicos de la alimentación indÃgena: maÃz, frijol, chile y calabaza. Los indÃgenas innovaban y completaron la gastronomÃa novohispana con sus semillas que reflejaban su identidad, a través de su sabor, su olor, su nombre en náhuatl y sus colores. Muchos de ellos se convirtieron en los protagonistas de las recetas que hoy forman parte de la dieta básica del mexicano.
Pintura: Eugenia Marcos, 2011.